lunes, noviembre 07, 2005

El que se lleva se aguanta

¿Quien no se ha burlado de alguna peripecia o condición de alguien? Al hacerlo, debemos estar preparados y resignados a que esa persona también se burle de nosotros.

Voy a contar un cuento: Ernesto ingreso a una escuela, una de esas escuelas a las que entran pocos alumnos (algo así como un programa de maestría del CIC del IPN en México). Al poco tiempo, a Ernesto le asignaron una computadora en el Laboratorio de Lenguaje Natural, donde ya se encontraban 4 alumnos que tenían más tiempo que él. Al principio Ernesto saludaba a sus nuevos compañeros con cortesía, poco después Ernesto tomó confianza y empezó a llevarse con sus compañeros, les ponía sobrenombres, se burlaba de su forma de hablar. Cuando venían a visitarlo los compañeros de su generación, Ernesto les decía: “no los saluden, no tienen educación”, refiriéndose a sus compañeros de laboratorio.

Uno de los compañeros del laboratorio de Ernesto, decidió hacerle una broma. Encontró una fotografía de Ernesto, la escaneó y la montó sobre la imagen de un preso, además de ponerle leyendas como: “Se busca”, “peligroso delincuente”, etc. La pegó en la entrada al laboratorio. Cuando Ernesto la vio, la quitó y la rompió, entró echando rayos y centellas, preguntando quien había sido el culpable de esa broma.

A partir de ese día, Ernesto casi no dirigía palabra alguna con sus compañeros. Cuando les hablaba, lo hacía por su nombre de pila y cortésmente. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

P.D.: Cualquier semejanza con hechos y personas reales es mera coincidencia.


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